lunes, 21 de septiembre de 2009

Inmunización y vacunas.

Proceso mediante el cual se adquiere en forma natural o artificial, la capacidad de defenderse ante una determinada agresión bacteriana, viral o parasitaria. El ejemplo más común de inmunización es la vacunación contra distintas enfermedades (sarampión, coqueluche, gripe, etc).


Un tipo de vacuna consiste en partículas del virus que se han tratado químicamente con formol o físicamente
con calor o radiación para que ya no sean capaces de replicarse:

  • A microorganismos vivos atenuados
    • Son preparaciones inmunógenas de virus o bacterias vivos, que alterados de tal manera que no resultan agresivos como para provocar la enfermedad pero sí una respuesta inmune importante. Ejemplos de ellas son las vacunas contra la polio (oral), fiebre amarilla, sarampión, rubeola, parotiditis y tuberculosis (BCG).
      • Bacterianas:
        • Ejemplo: Antituberculosa (BCG).
      • Virales:
        • Ejemplo: Antivaricelosa.
  • A microorganismos enteros inactivados
    • Suspensiones de bacterias o virus muertos mediante la acción de desinfectantes como el fenol o formaldehído. Ejemplos de vacunas muertas son la antipolio inyectable, rabia, gripe y la tos convulsa.
      • Bacterianas:
        • Anticolérica inyectable.
      • Virales:
        • Antihepatitis A.
  • Polisacáridas
      • Bacterianas:
        • Antitifoidea
  • Proteínicas purificadas
    • Preparaciones obtenidas a partir de toxinas inactivadas de bacterias productoras. Las vacunas a toxoides más conocidas son las que previenen la difteria y el tétanos. La vacunación con estos inmunizantes a gran escala comenzó se halló una forma segura y reproducible de inactivación de las toxinas y los microorganismos patógenos, mediante su tratamiento con formaldehido; y después de conseguir su atenuación mediante pasos sucesivos en medios de cultivo in vitro.
      • Bacterianas:
        • Antitetánica (toxoides).
      • Virales:
        • Antigripal (sub-virión, virus fraccionado).
  • Conjugadas (Proteínas + Polisacáridos)
    • A diferencia de las vacunas polisacáridas o capsulares, las conjugadas incluyen una proteína transportadora. La unión entre polisacárido y proteína transforma la respuesta inmune activando las células T, para que los linfocitos B ataquen a la bacteria. Este mecanismo de acción es idóneo para proteger a los organismos cuyo sistema inmunológico no ha madurado totalmente, como el caso de los neonatos, o para los inmunocomprometidos.
      • Bacterianas:
        • Antineumocóccica.

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